Las primeras estimaciones señalan que contiene cerca de 20.000 millones de barriles de petróleo

El Servicio Geológico de Estados Unidos ha confirmado que, con el potencial de producir 20.000 millones de barriles de crudo y 16 billones de pies cúbicos de gas natural, se trata del mayor yacimiento de petróleo de esquisto jamás descubierto en territorio estadounidense. Este yacimiento es tres veces más grande que el Bakken-Three Forks, hallado en 2013 en Dakota del Norte, Dakota del Sur y Montana.

A diferencia del crudo que se extrae mediante la perforación de pozos verticales, estos recursos hallados en la formación de Wolfcamp, en la cuenca de Midland, son «no convencionales», pues se encuentran atrapados en la corteza terrestre.

Normalmente son extraídos con la  técnica de fracturación hidráulica o fracking, con la cual se inyectan a alta presión grandes cantidades de agua y aditivos químicos para fracturar las rocas y liberar los recursos energéticos.

Aunque desde la década de 1980 se han realizado perforaciones tradicionales en Wolfcamp, en la actualidad las petroleras han hecho 3.000 perforaciones mediante la técnica de fracturación hidráulica y perforaciones horizontales. Walter Guidroz, coordinador de la USGS para los recursos energéticos asegura que los cambios tecnológicos y las prácticas de la industria tienen efectos significativos en las estimaciones.

La revolución del fracking ha permitido abrir nuevos yacimientos que antes no se podía explotar, lo que disparó la producción doméstica y permitió reducir en paralelo las importaciones.

El reciente hallazgo serviría para alimentar muchos años las necesidades energéticas de cualquier país. España, por ejemplo, consumió 1,2 millones de barriles de petróleo al día en 2015. Son 438 millones de barriles al año. Y en este yacimiento se calcula que hay 20.000 millones de barriles. La producción en la cuenta de Wolfcamp sería, por tanto, suficiente para cubrir el consumo de crudo de EEUU durante tres años, estimado en 19,4 millones de barriles diarios.

Sin embargo, este tesoro energético es una mala noticia para el cártel de los países productores de petróleo, la OPEP, que se reúne a final de mes para decidir si ajusta el nivel de producción como respuesta al desplome de precios. El descubrimiento cimienta la estrategia de EEUU en su camino hacia la independencia energética total, que el presidente electo Donald Trump incluye como uno de los pilares de su plan económico.